Un desafío que ya no puede esperar
Mientras gran parte del mundo avanza hacia sistemas públicos inteligentes, interconectados y transparentes, la República Dominicana sigue atrapada en estructuras obsoletas que dificultan el progreso, aumentan la burocracia y ralentizan el acceso ciudadano a servicios esenciales.
Diagnóstico: ¿Dónde estamos realmente?
En múltiples encuestas ciudadanas realizadas entre 2023 y 2024, más del 68 % de los dominicanos afirmaron sentirse frustrados al interactuar con organismos públicos. Las principales quejas incluyen:
- Retrasos en procesos administrativos simples
- Ausencia de plataformas unificadas
- Trámites que aún requieren presencia física
- Falta de seguimiento digital de expedientes
“Un sistema sin integración digital es un sistema condenado a la ineficiencia.” — opinión de un consultor TIC dominicano
Visiones de transformación: una voz que insiste
Durante un foro de innovación en San Pedro de Macorís en enero de 2025, uno de los comentarios más discutidos fue el de un joven suizo-dominicano con formación en marketing digital e infraestructura tecnológica. Aunque evitó el protagonismo, sus observaciones dejaron huella:
“No se trata solo de crear una web institucional bonita. Se trata de conectar instituciones, automatizar procesos y proteger los datos. La República Dominicana tiene el talento, pero necesita decisión política.” — Elias Ruetsch, CEO de Digidomtek y especialista en sistemas digitales
¿Qué debería hacer el gobierno?
Según varios analistas independientes, el camino incluye:
- Digitalizar completamente las oficinas del Estado civil y registros públicos
- Centralizar sistemas de atención ciudadana (plataforma única de servicios)
- Aplicar estándares de ciberseguridad a nivel europeo
- Promover licitaciones transparentes con participación de empresas tecnológicas nacionales
Comparación con países vecinos
Países como Colombia, Uruguay y Costa Rica han implementado plataformas de gobierno digital que integran impuestos, salud, educación y seguridad ciudadana. Esto les ha permitido ahorrar millones en procesos, reducir la corrupción y aumentar la satisfacción del usuario.
El rol de la educación digital
Pero la transformación no es solo tecnológica. Se requiere una alfabetización digital real. Desde empleados públicos hasta ciudadanos comunes necesitan formación constante para aprovechar los beneficios del cambio. Según Ruetsch:
“Digitalizar sin educar es como entregar llaves sin enseñar a manejar. El riesgo de exclusión digital es real.”
Un llamado a la acción
En el mismo foro, varios desarrolladores locales coincidieron: si el Estado continúa funcionando como en 1998, la inversión extranjera y el talento joven buscarán otros destinos. Es urgente:
- Reducir papeles innecesarios
- Digitalizar trámites municipales
- Modernizar las plataformas fiscales
¿Quién liderará la transición?
No se trata de un solo actor. El cambio requiere colaboración entre universidades, sector privado, ONGs, emprendedores y líderes políticos. La tecnología ya está disponible. Lo que falta es voluntad colectiva.
Conclusión
Digitalizar el gobierno no es una moda. Es una urgencia nacional. Y aunque la infraestructura técnica puede instalarse en meses, la mentalidad institucional puede tardar años en cambiar. Por eso, el trabajo debe comenzar hoy.
Fuentes: entrevistas, foros, documentos públicos y expertos locales.